Hace treinta y nueve meses, un café y unos cigarrillos comenzaron a compartir mañanas, tardes y noches de alegrías, llantos, sueños, risas, conversaciones (infinitas), deseos, rabias, besos (infinitos), cariños, enojos, miedos, promesas, miradas y complicidades que se confunden en medio de calles, bares, parques, playas, casas, camas, y van creciendo y avanzando a un ritmo que a veces asusta, pero que la mayoría del tiempo satisface y hace sentir que todo está completo y perfecto con (para algun@s) tan poco.
Hace treinta y nueve meses un café y unos cigarrillos se atrevieron a abandonar lentamente sus espacios, para comenzar a crear uno común. Hoy, justamente, se cumplen treinta y nueve meses desde que esos cigarrillos dijeron "te quiero" a un café que jamás imaginó ni esperó escuchar esas palabras, aquella noche.
Desde ese día la historia ha avanzado mucho, tal vez el café es menos amargo y los cigarrillos menos nicotinosos, pero siguen siendo ellos, mejorados y complementados, con su nuevo y propio lenguaje, con su nuevo y propio espacio con su nueva y propia forma de habitar la ciudad.
T. F. I. A. M
Gracias por compartir este habitar conmigo