domingo, 23 de mayo de 2010

I (l) BCN o Epifanía 2


He tenido una segunda epifanía, justo en el momento menos esperado, pero llegó. Para hacer la historia corta, antes de volver a Chile quise hacer un último viaje, alona. Así partí, con nube volcánica y todo, a recorrer un poquito. Me fui primero a Oporto, luego a Madrid, hasta ahí el viaje iba bien. Oporto excelente, una ciudad pequeña, pero con historia y lindos lugares para visitar, una suerte de Valparaíso, ´del viejo mundo :P. Madrid... mmm... sí... ahí no más, para ser sincera. No sé si yo tengo predilección por las ciudades pequeñas (a excepción de París) o no andaba en mi mejor momento, pero la verdad es que encontré que era una ciudad más bien fome y no muy acogedora como otras que he visitado. En fin, luego sin mayores expectativas me fui a Barcelona (l). El viaje fue pésimo, toda la noche en un bus de mierda. Cuando llegué vi una ciudad más bien moderna, de construcciones nuevas, lo cual realmente no me entusiasmó para nada. Cuando llegué al hostal todo fue mejorando, la atención muy amable, me duché, tomé desayuno y salí. Me fui directo a La Rambla. Sólo me faltó eso y llegar al monumento a Colón con su feria de antiguedades, el puerto y la costanera para enamorarme. Ni idea tenía de todo lo que me esperaba y todo lo que quedó sin ser visto. Talvez fue porque llegué un día domingo, no lo sé, pero el ambiente que recorría la ciudad era de tanta libertad, diversidad, relajo y conexión entre las personas que me encantó.
Los días siguientes sólo pude seguir enamorándome de Barcelona. Realmente sentí que era una ciudad no sólo en la que podría vivir sin problemas sino que era la ciudad donde quería vivir. Está repleta de lugares escondidos, de plazas, cafés, tiendas de diseño, con una arquitectura ecléctica y por sobre todo tiene el mar, lo que para mí es fundamental.
Durante este viaje comencé a analizar las ciudades en las cuales he estado, las que más me gustaron y las que no tanto. Y mi conclusión fue que, por lo menos para mí, el agua es un elemento fundamental. Todas aquellas ciudades que me encantaron estaban fuertemente marcadas por el agua, ya fuese un río o el mar. En una volada ashí míshtica creo que el agua aligera la carga de una ciudad, como que se lleva y renueva las energías, no sé, es mi teoría personal ¿ok?.
La cosa es que no sé cómo ni cuándo, pero definitivamente tengo que volver algún día a Barcelona porque simplemente me enamoré.

jueves, 6 de mayo de 2010

Epifanía


Hoy, después de más de siete meses en Francia, en este liceo de pueblo costero, finalmente tuve la revelación que esperaba, la respuesta a la pregunta que me ha estado quebrando el mate desde que comencé mis apariciones esporádicas en las aulas, figurando como profe. Y no me me vengan ahora con las historias del primer mundo, de que acá todo es más bonito y mejor. No señoras y señores, ser profe es una mierda aquí y en la quebrada del ají. No sólo por los sueldos míseros, que no se corresponden de ninguna manera con la cantidad y las horas de trabajo y la casi nula posibilidad de desconectarte de él. Es una mierda principalmente por esos esperpentos a los que hay que enfrentarse y cautivar como si fueras el/la payaso/a de turno. Y pobre de ti si no lo logras, atente a las consecuencia. Honestamente ni en el primer, ni en el segundo ni en el tercer mundo los pendejos están interesados en los estudios. Lo digo en serio. Lo veo y lo experimento cada día. Escucho la radio y cada vez hay una nueva historia de violencia en los liceos, profesores en paro, padres reclamando, etc. Luego voy a la sala de profes y lo único que escucho son reclamos y quejas. Salgo a los pasillos o al patio y veo a esos entes vegetando, las niñas maquilladas y vestidas como si tuvieran 30 y fueran a un desfile de modas o a buscar clientes a la esquina. Mientras sus pares masculinos se juran los cabrones del "barrio". Obviamente siempre SIEMPRE están esas excepciones, l@s estudios@s, respetuos@s y realmente interesad@s, pero SIEMPRE son EXCEPCIONES.

Por lo tanto, hoy lo decidí, mi epifanía llegó. Me niego, me rehúso a ser profe. No quiero ni necesito pasar por humillaciones y depresiones para saberlo. Me equivoqué no más. Fui la mejor alumna de mi promoción, siempre he sido la alumna estrella, pero no tengo dedos para el piano, no quiero estar toda mi vida ante la mirada de los otros, no quiero, no me interesa.

Ahora sólo me queda ver cómo arreglo esta "pequeña" equivocación. Tengo casi 28 años y un Magíster. Me apasiona el cine, la literatura, la múscica y la crítica cultural. Sé que sirvo para la investigación y el análisis (cuestiono y analiso hasta la caca)pero eso servirá para ganarme la vida?. O tendré que estudiar otra carrera? Ahora se viene lo bueno... ojalá me llegue una segunda epifanía.

Habrá que esperar...